
A través de sus investigaciones ufológicas llegó a tropezar inesperadamente con importantes hallazgos arqueológicos y etnográficos, entre cuales se encuentra un menhir, (bautizado por Anita como “el Duende de los Tánagos”), unos abrigos (lugares que usaba el hombre primitivo para resguardarse del tiempo y peligros mientras cuidaba de sus animales en horas nocturnas), unos ochenta supuestos enterramientos prehistóricos y, además, una serie de cabañas de unos cuatrocientos o quinientos años de antigüedad en la localidad de San Sebastián de Garabandal, en Cantabria. Todo esto lo ha recogido en dos pequeños librillos, “Tesoros Arqueológicos y etnográficos de San Sebastián de Garabandal”, en sus versiones en español e inglés.